La escoleta de hipoterapia “Els Aurons-Castelló” se creó en julio de 2002 como resultado de un largo proceso de experiencias que comenzó en 1995 con el principal objeto de dar una respuesta complementaria a los modelos tradicionales de intervención que se estaban llevando a cabo hasta ese momento en personas con Trastornos del Espectro Autista. Por aquel entonces Juan Vives, como otros muchos profesionales, constataba diariamente en su trabajo aquello que las investigaciones venían apuntando desde hacia mucho tiempo, esto es, que las dificultades de aprendizaje que presentan las personas con TEA con las que trabajaba, salvo en casos de discapacidad intelectual profunda asociada, eran debidas en su mayor parte a su falta de motivación por las actividades propuestas, a sus dificultades de comprensión del entorno y a su comparación con los modelos de normalidad, más que al propio trastorno en sí, y su manera de entender el mundo distaba mucho del planteamiento social que aceptamos la gran mayoría de los mal llamados “normales”.

En su trabajo cotidiano con estos niños no podía ofrecerles una respuesta totalmente satisfactoria a sus verdaderas necesidades ya que éste se realizaba desde un planteamiento exclusivamente sociocéntrico, donde lo único que se buscaba era el desarrollo de aquellos aspectos formales que permitieran, en la medida de lo posible, adaptar el comportamiento de estas personas a unas normas que, por otro lado, estaban muy lejos de sus intereses al no tener en cuenta todo un mundo interior de emociones, sentimientos, ritmo vital y fluir de la vida como seres integrantes de un entorno natural.

El autor no ha pretendido dar una respuesta alternativa que excluyera las posturas de intervención mas “tradicional” (por otro lado necesarias) sino que, en una posición más integradora, su propuesta de corte biocentrista moderada donde, además, se retome el sentimiento de formar parte de la vida y del fluir con ella como parte esencial en el proceso educativo de los niños con que se trabaja.

Estamos, pues, ante una obra pionera en su estilo que aportará, con su particular visión, un nuevo enfoque en la divulgación del conocimiento necesario para entender los aspectos técnicos más elementales a la hora de trabajar con niños con autismo. Una visión con los principios metodológicos formales pero que, además, se apoya en el ámbito ecuestre como recurso facilitador para llevar a cabo un proceso de estimulación de los aspectos fundamentales de la comunicación, basado principalmente en la motivación que genera una actividad realizada en un entrono natural y con los caballos, la cual proporciona al especialista un buen número de situaciones que pueden ser utilizadas para sentar las bases que permitan un posterior trabajo en entornos mas significativos para el niño, como ahora el entorno familiar. Al mismo tiempo, por la especial sensibilidad con la naturaleza y los seres vivos que se destila en algunos de sus capítulos, podrá servir de una manera más amplia incluso para aquellas personas que quieran incluir a los animales en general en sus sesiones terapéuticas dirigidas a mejorar el bienestar de las personas y las familias a quienes atienden